The Blackberry Girls

Uniendo la genial idea de Paco a la que tuvo Carlos de guardar en algún sitio antiguas entradas que se hicieron en el hilo de los paquetes, hoy me permito recordar una entrada que hice el verano pasado cuando empece mis actividades "sociales"

Hoy me gustaría hablar de un tipo de personas que van a mi gimnasio, las podría llamar las “blackberry girls” el definirlas es muy fácil, jóvenes entre 25 y 35 años, cuerpos de escándalo, pelo largo y generalmente suelto, no como esa media melenita que de vez en cuando aparece por casa acompañada de la frase “pues mi amiga fulanita me ha dicho que me queda muy mona” y con una sensación de irradiar bienestar y salud que te alcanza con su mera presencia y que hace que desees estar cerca de ellas, son en resumen ese tipo de mujer que sabe perfectamente como gustar a los hombres de todo tipo, no como esas famélicas modelos que inundan las pantallas de televisión y la prensa. Y siempre, por supuesto, acompañadas de su inseparable blackberry

Cuando las vi por primera vez pensé “mira que ejecutivas más jóvenes y mas sacrificadas por su empresa, en comunicación permanente”, bueno vale, lo confieso, también pensé otras cosas, pero ahora no vienen al caso; estuvieran haciendo lo que estuvieran haciendo su aparatito no deja de acompañarlas, de vez en cuando lo miran como si hubiera entrado un correo y rápidamente con esos dedos delgados y largos, con esas uñas cuidadas y pintadas con colores claros, nada llamativos, teclean una corta respuesta que envían a través del ciberespacio.

Evitan el contacto con las demás personas del gimnasio, incluso evitan a las que son como ellas, ayer por la noche pude contar hasta cinco “blackberry girls”, da igual que alguien intente compartir el aparato de gimnasia con ellas, muy educada y discretamente se levantan y se van a otro aparato, no parecen apreciar las clases de actividades comunes que se imparten (spinning, aerobic, etc…), ni tan siquiera departen con los monitores, los cascos de su ipod y su “aparato de comunicación exterior” son su única compañía.

La primera respuesta que me vino a la cabeza fue que debido a su trabajo de ejecutivas no quieren relacionarse con personas extrañas, conozco a unas cuantas, no tan guapas y sexys claro, y a todas, las relaciones personales le dan pavor e intentan no ampliar su círculo de amistades.

Pero el otro día desayunando con el Loco le comenté la existencia de estas personas en mi gimnasio, y él ni lo dudo un segundo y con ese aplomo que le caracteriza, me preguntó, “tu crees que las únicas mujeres que utilizan el blackberry son ejecutivas”. De pronto la estructura mental que había racionalizado cayó.

Por suerte o por desgracia yo nunca había tenido contacto, ni tan siquiera visual, con mujeres que se dedicaran a esa profesión y que tuvieran ese halo sensual que rodean a mis blackberry girls, intentar compararlas con el ganado que se mueve por la CdC es intentar compararme atléticamente a mí con Bekele.

Y de pronto, ayer, mirándolas desde la elíptica he entendido en toda su amplitud una novela que leí de joven y que hasta este momento me parecía ciencia ficción, la novela era “Sinuhé, el egipcio”.